Una mirada a la divulgación (1ª conferencia)


Como sabéis este fin de semana he estado en las VI Jornadas de la Enseñanza de la Física y la Química en Madrid. Siempre es un placer asistir a estas jornadas, pero con diferencia éstas han sido las más emocionantes y gratificantes para mi. Han sido emocionantes por poder desvirtualizar a Anicet Cosialls, y poder compartir una cena y una comida con muchas personas a las que admiro y que me encantará seguir conociendo. Y han sido gratificantes porque se han tratado temas que no sólo tienen que ver con la enseñanza de las ciencias, sino que también son comunes a la enseñanza y al aprendizaje en general, y que son muy importantes.

Las jornadas empezaron con «Una mirada a la divulgación» muy especial, la mirada de Julieta Fierro. Su intervención fue espectacular. Antes de empezar se acercó a algunos de nosotros para presentarse y preguntarnos quiénes éramos. En ese momento, tanto por sus palabras como por su expresión corporal, supe que quien tenía delante era una persona escepcional. Así que cuando empezó su charla, no me sorprendió cuando nos dijo que nos acercáramos todos (el salón no estaba muy lleno, y quería tenernos a todos «a mano») y nos invitó a descalzarnos y ponernos cómodos.

Empezó respondiendo a una pregunta: ¿Cuál es la mejor forma de divulgar? «Pues como uno quiera, como uno se encuentre más cómodo». Nos dijo que a ella le encantaba la danza, y que por eso ella utilizaba la danza para divulgar astronomía. ¿A que es genial? Ójala todos los que enseñamos ciencia utilizáramos el arte en nuestras clases. Es un modo magnífico de compartir ideas y sentimientos.

Fue divertida, espontánea, elocuente, femenina, mejicana… «auténtica». Más que una conferencia, fue un espectáculo estupendo. Se movía por el escenario del mismo modo que lo hacen los actores de teatro, en una ocasión se subió a la mesa para hablar de los límites del Universo, e incluso bailó con sus zapatillas de puntas.

Mientras nos divertía y nos sorprendía, nos transmitió ideas muy importantes. Insistió en la idea de que nuestros alumnos deben crear, deben tener libertad para crear, y nos contó desde sus experiencias como creadora de pañuelos para la danza y otras manualidades que para ello se necesitan materiales, tiempo y espacio. Nos enseñó un teatro de títeres que había utilizado para divulgar, utilizó pelotas para explicar la explosión de una supernova,… pero más interesantes aún que los instrumentos que nos mostró, fue su forma de incluir a los asistentes en su espectáculo.

Nos hizo participar a todos, y no sólo sacando a gente del público: nos lanzó caramelos, ¡y libros! ¡Incluso nos hizo bailar!

En su intervención hubo una idea que me rondó la cabeza, una idea que me preocupa desde hace tiempo. En más de una ocasión, algún compañero y compañera, profesores, me han dicho que se sienten divulgadores. En mi opinión es muy peligroso que un profesor se sienta divulgador, aunque es magnífico que quiera serlo.

Los profesores debemos educar, ayudar a nuestros alumnos a aprender. Para divulgar están los divulgadores, es estupendo que tengan estas referencias. Dedicar algún momento en el aula a actuar como un divulgador es magnífico, pero se vuelve en nuestra contra si abusamos del protagonismo. Nuestros alumnos en el aula necesitan profesores: necesitan ser los protagonistas de su aprendizaje, ser creadores, no sólo escuchar nuestros magníficos discursos.

Después de ver a Julieta Fierro (y a Juan Tomé en las IV jornadas), queda claro que los divulgadores no sólo pueden dedicarse a dar conferencias estupendas, también pueden dar un espectáculo magnífico y pueden hacer participar al público en ese espectáculo. Pero sigo pensando lo mismo al respecto: los profesores no podemos ser los protagonistas de la mayor parte de nuestras clases, al contrario, deben ser los alumnos los que más hablen, los que discutan, quienes se hagan preguntas, quienes hagan el camino caminando y sean creativos. Nosotros debemos guiarles, respaldarles, animarles, motivarles… pero siempre intentando hacerlo desde un segundo plano.

Al final de su intervención nos habló de un recurso interesante para educadores, el Correo del Maestro, que aprovecho para compartir con vosotros.

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