Muchos docentes sentimos una responsabilidad moral hacia nuestros alumnos, similar a la que un médico guarda con sus pacientes. Hoy en día los médicos tienen la Declaración de Ginebra (que sustituyó al conocido Juramento Socrático), en la que prometen:
EN EL MOMENTO DE SER ADMITIDO COMO MIEMBRO DE LA PROFESIÓN MÉDICA:
PROMETO SOLEMNEMENTE consagrar mi vida al servicio de la humanidad;
OTORGAR a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen;
EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente;
VELAR ante todo por la salud de mi paciente;
GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento del paciente;
MANTENER, por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica;
CONSIDERAR como hermanos y hermanas a mis colegas;
NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi paciente;
VELAR con el máximo respeto por la vida humana;
NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas, incluso bajo amenaza;
HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.
¿Se os ocurre cómo reformularla para adaptarla a la profesión docente? Dedicada a Fernando, aquí dejo mi propuesta:
EN EL MOMENTO DE SER ADMITIDO COMO MIEMBRO DE LA PROFESIÓN DOCENTE:
PROMETO SOLEMNEMENTE consagrar mi vida al aprendizaje;
OTORGAR a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen;
EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente;
VELAR ante todo porque la educación que ofrezco a mis alumnos sea funcional;
GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después de finalizar el periodo de escolarización de mis alumnos;
MEJORAR, por todos los medios a mi alcance, las tradiciones de la comunidad educativa;
CONSIDERAR como hermanos y hermanas a mis colegas;
NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis alumnos;
VELAR por el máximo desarrollo de las múltiples inteligencias de mis alumnos;
EMPLEAR siempre mis conocimientos docentes, incluso cuando el currículo no contemple las necesidades de mis alumnos;
HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.
Seguramente muchos estarán pensando, bueno, y a qué se comprometen los alumnos y sus familias… Bueno, hay una forma de hacer un pacto de intenciones, muy utilizado en aprendizaje colaborativo y conocido como contrato de aprendizaje. Aquí os dejo mi propuesta:
¿Modificaríais algo? Podéis hacerlo en este documento.
Genial, tanto el juramento como el contrato, lástima que no sean obligatorios, los dos.
Gracias por compartirlos ;D
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hola te concentré los comentarios de TW al juramento, saludos:
“PROMETO SOLEMNEMENTE consagrar mi vida al aprendizaje”/ Si supiera qué es eso
OTORGAR a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen/ A l@s profes mejor como iguales (o tan mala idea tenemos de nosotros mismos?)
«EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente»/ Antes de «conciencia» pondría «placer»
VELAR ante todo porque la educación que ofrezco a mis alumnos sea funcional/ Eso no se «ofrece», es una creación colectiva -y faltan sujetos
MEJORAR, por todos los medios a mi alcance, las tradiciones de la comunidad educativa/ de las buenas hay pocas, en general mejor romperlas
CONSIDERAR como hermanos y hermanas a mis colegas/ puede ocurrir pero no es indispensable, y no se puede prometer!
NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis alumnos/ es deseable pero no real, todos tenemos prejuicios, el verbo sería DIALOGARÉ
VELAR por el máximo desarrollo de las múltiples inteligencias de mis alumnos/ esas son abstracciones, y así hay muchas: atadas al currículo
EMPLEAR siempre mis conocimientos docentes, incluso cuando el currículo no contemple las necesidades de mis alumnos/ Que es la mayoría del tiempo 😉
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