El otro día leí una carta enviada al diario Hoy que decía así:
Interinos docentes
EMILIO SUÁREZ SANZ/CÁCERES
El pasado día 21 de agosto se publicó una carta titulada «Oposiciones» escrita por Raquel Rubio Jiménez, que fue, según dice, miembro de un tribunal. Entre otras cosas decía lo injusto de que interinos que, según ella «no tenían ni idea» obtuvieran plaza. Quiero decirle a Raquel (seguro que nunca ha sido interina) que lo verdaderamente grave es que interinos que han aprobado las oposiciones muchas veces y ya están abatidos de opositar, con responsabilidades familiares, profesionales… tengan que someterse a un examen memorístico que lo único que demuestra en la buena o mala memoria que tiene el opositor. Habría que distinguir entre no tener ni idea de un temario teórico y no tener ni idea de dar clases, a esta última categoría pertenecen muy pocos interinos, y eso, compañera, es lo que verdaderamente importa. Con todo, usted se equivoca cuanto pretende argumentar que los interinos no estudian; habrá interinos que estudien e interinos que no estudien, igual que hay opositores sin experiencia que estudian y otros que no estudian. Como sabrá, ya ha habido varias transitorias, por ejemplo en el 85 y en el 90-93, y nadie dijo nada en contra, y los que entonces éramos aspirantes entendimos que la experiencia y la valía profesional de esta gente estaba fuera de toda duda. Lo que yo espero es que la Administración mejore aún más el acceso para interinos. No es de recibo que un interino con experiencia y valía profesional y 40 años de edad y dos hijos a su cargo se quede en la calle o sigua de interino, mientras que una chiquita de veintitrés años consiga la plaza fija. Lo normal es que la gente con experiencia fueran fijos y los que no la tuvieran fueran interinos para ir teniéndolas. Si planteáramos la siguiente pregunta en una encuesta: ¿quién prefieres que dé clases de infantil de 5 años a tu hijo, un interino que lleva 15 años enseñando a leer y a escribir o un opositor que acaba de entrar? No digo con ello que los que no tienen experiencia sean malos docentes, sino que tienen que aprender a serlo.
Obviamente, no pude resistirme a leer la carta de Raquel:
Oposiciones
RAQUEL RUBIO JIMÉNEZ/CÁCERES
Este pasado mes de julio fui miembro de un tribunal de oposiciones del Cuerpo de Maestros y pude comprobar en directo el injusto sistema actual para acceder a un puesto de trabajo fijo. Este año han dado mucha importancia a la experiencia docente (un 40% de la nota), con lo cual algunos opositores que han suspendido dos de los tres exámenes han obtenido plaza. Eso sí, otros con una nota sobresaliente se han quedado fuera pues no habían tenido la experiencia suficiente. ¿Y esto es justo? ¿Por qué no hacen sólo un concurso y no una oposición? ¿Por qué opositores con muy buena nota se quedan fuera mientras otros que no tienen ni idea tienen plaza? Desde aquí me gustaría que tanto las administraciones como los sindicatos reflexionaran sobre ello y rectificaran para la siguiente oposición. Si quieren darle plaza a los interinos, que se la den, pero al menos deberían aprobar los exámenes, como ha sido siempre. Si no, esto no es una oposición, es un cachondeo.
En mi opinión, no podemos estar pensando en a quién es más justo darle la plaza, porque se lo merezca más o menos: todos los opositores tenemos motivos personales que nos empujan a querer tener un trabajo estable, y todos tenemos el título de licenciado que se exige. La cuestión, creo yo, está en qué queremos para nuestros hijos.
Debería aprobar la oposición el que sea más apropiado para llevar a cabo su trabajo: que nuestros hijos, las nuevas generaciones, estén preparados para los nuevos tiempos, tengan la cultura necesaria para valorar la sociedad en la que viven, y tengan las herramientas necesarias para vivir en una sociedad consumista, competitiva, en la que el mejor preparado es el que mayor ventaja tiene – para tener un trabajo mejor, para tomar decisiones, etc. Debería obtener plaza el más motivado, el más preparado, el que más herramientas pueda utilizar en la tarea docente y el que más herramientas les vaya a proporcionar a las nuevas generaciones, que es lo que de verdad importa. ¿Que quién se lo merece más? Sin duda, el que supere la oposición estará más preparado, y la experiencia la da el tiempo. Nadie parte con experiencia, pero lo que importa es quiénes serán los mejores profesores para nuestros hijos.
En mi opinión, es un paso hacia atrás que hayan quitado la parte de problemas de la oposición para profesores de física y química. Sin duda, el que sepa resolver problemas de nivel universitario, tiene mejor preparación que el que no sepa, y por tanto, podrá resolver las dudas que se les planteen a los chavales más aventajados, etc.
Todo esto lleva a pensar, qué podemos hacer para que los profesores estén mejor preparados. Además de que tengan un buen nivel académico de su especialidad, deberían ser buenos docentes: tener preparación didáctica. En Finlandia hace tiempo que saben la importancia de la didática en la enseñanza, y es por esto que el proceso de selección es minucioso. Allí, los que quieren ser profesores deben decidirlo tras el bachillerato. El maestro y el profesor de secundaria se forman en las facultades de su especialidad, y después de superar la prueba de acceso, entra en la Facultad de Educación, donde debe superar 1.400 horas de formación pedagógica. Una vez con el titulo en la mano, no hay oposición para entrar en un centro educativo y adquirir la categoría de funcionario público municipal, son los directores de los colegios los que eligen al profesorado, situando a los más competentes en los primeros cursos de primaria, considerados los fundamentales para sentar las bases de la educación de un niño.
De alguna manera, con el sistema de selección de Finlandia, es difícil que un profesor no tenga un buen nivel académico o pedagógico, y es por esto que son el país que lidera las evaluaciones educativas internacionales desde el informe PISA 2003.
Quizá una mejor formación del profesorado sería más importante que unas oposiciones más o menos rigurosas. Del mismo modo que garantizar una mejor formación del alumnado sería mejor que las PAU. Muchos profesores estudiamos para las oposiciones cosas que luego ni siquiera pensamos en aplicar al aula (conozco varios casos), del mismo modo que muchos chavales estudian para las PAU cosas que no entienden y que en cuanto superen las PAU saben que van a olvidar.
Los criterios de evaluación de PISA creo que son mucho más acertados que los de las PAU. Quizá unas pruebas PISA para docentes sería lo conveniente 😉
Más sobre el informe PISA: en la web del MEC.
Raquel tiene toda la razón del mundo. Que un interino tenga 40 años y dos hijos a su cargo no es motivo para darle la plaza. ¿Acaso no puede presentarse a las oposiciones uno de 40 años y otros dos hijos por turno libre?
Que un interino lleve 20 años de interinidad sin aprobar las oposiciones no es motivo para darle la plaza antes que a un libre que le ha pasado de largo en la nota del examen. Todo lo contrario, si un interino lleva 20 añazos sin sacarse la oposición es para correrlo a gorrazos por la plaza del plueblo y no sólo no darle la plaza, sino echarlo de la interinidad. Todas las tardes libres para estudiar ¡y va el hombre y suspende! ¡Oh que pena… es que es interino, y tiene depresión porque los alumnos se pitorrean de él! ¡¡Y una leche!! En la empresa privada tienes que aguantar al jefe, al cliente pegándote alaridos, tienes que hacer más horas que un reloj, quedarte trabajando fines de semana hasta de madrugada porque tienes una entrega y no está a tiempo, viajar a tutiplén, y hacer más horas, y más horas, y quitarte horas de sueño y de tu familia para poder estudiar. Y me vienes con el cuento de que ¡qué pena del interino! Es para que la Administración Pública se lo piense… ¿pero a qué clase de inútiles hemos colocados? Si eso pasa en la empresa privada, el interino está en la calle a las primeras de cambio por vago.
En cuanto a lo de la experiencia, bah… no hace falta llevar 3 años para coger experiencia. Se supone que con 3 o 4 meses estás más que habituado. De hecho ese es el periodo que la Administración establece como prueba: 4 meses a prueba y los dos primeros años, siempre que supere los 4 primeros meses, de funcionario en prácticas. Además la experiencia se consigue dando clases, y el que apruebe la oposición la irá cogiendo poco a poco, como la fue adquiriendo poco a poco el interino ¿o acaso el interino ya entró con experiencia su primera vez? ¿Acaso el interino hubiese rechazado la plaza si la hubiera conseguido en su primer intento porque no tenía experiencia y era más justo que se la dieran a otro que ya la tuviera? Además de la experiencia, para dar clases hay que tener unos mínimos conocimientos de la materia a impartir, de lo contrario ¿de qué vas a dar clases? ¿Todo los dias hablando de que dos y dos son cuatro? ¡Por favor! Además, suponer que un interino tenga más experiencia docente que un libre, también es mucho suponer, Yo en la empresa privada llevo 7 años formando profesionales en tecnologías de la información. Formando profesionales que me llegan de F.P. y que no saben ni hacer la o con un canuto. Yo les enseño lo que deberían haber aprendido en el ciclo formativo y que por H o por B (o pongamos que porque el interino que les deba clase no sabía hacer la o con un canuto) no pasan de lo elemental, y el mundo laboral es el mundo real, no el mundo ideal y maravilloso del instituto. En el mundo real si el sistema informático falla puede costar vidas.
Las oposiciones deberían ser totalmente abiertas, y que se evalúe tanto los conocimientos profesionales,técnicos y teóricos sobre su especialidad como la capacidad pedagógica del opositor. Y todos por igual. Y si se tiene en cuenta la experiencia profesional, que se tenga en cuenta también la experiencia profesional en la empresa privada. Y que aprueben los mejores, no los que más pena den.
Yo tampoco he podido resistirme. Espero que valores mi comentario como otro punto de vista interesante desde el que mirar el asunto.
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Gracias por tu opinión, José Manuel.
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Hola a todos, he encontrado este sitio por casulidad, en uno de esos días en los que desesperadamente busco en internet algún sitio donde de verdad se comprenda la angustia y frustaración que sufrimos todos aquellos maestros y maestras que empezamos a opositar a partir del año 2005.
Lo peor de todo no es aprobar sin plaza, lo peor no es que tu nota de exámen no cuente para nada, aunque sea un 10, lo peor no es que tengas que estar como una idiota en casa esperando a que te llamen para trabajar (sacando las mejores notas) y que te destinen a los peores sitios ( ya que los interinos de primera ya tienen las mejores plazas adjudicadas). No amigos míos eso no es lo peor de todo, lo peor es que te dejen sin esperanza, que sepas que hagas lo que hagas, estudies lo que estudies, trabajes lo mejor que sepas…. no va a servir de nada para las proximas oposiciones. Por que volveran a regalar las plazas a los «de siempre», a esos mismo que han tenido mejores oportunidades de trabajar que tu.
Da igual que vayas a un colegio y te dejes la piel trabajando, eso no puntua en las oposiciones, da igual si eres un vago incompetente, incapaz de preocuparte por tus alumnos/as , incapaz de estudiarte 25 míseros temas… da igual si llevas mucho tiempo trabajado por que la suerte te sonríe.
Este es el panorama que llevo soportando ya 3 años , es muy poco tiempo, pero os digo que de verdad duele y sobre todo desmotiva en todos los aspectos.
Aprobar dos veces sin plaza con buenas notas y esperar a que llegue septiembre y me den trabajo donde los interinos «de primera» no han querido ir, y lo peor volver a estudiar ( lo que ya he estudiado con creces) para unas oposiciones en las que no tengo ninguna posibilidad de conseguir plaza.
Esta es la realidad de los nuevos interinos que empezamos a incorporarnos desde el año 2006 a las listas de privilegiados , habiendo aprobado nuestra oposición desde el 2005.
¿Qué será de nosotros en el 2009? pues la misma injusticia de siempre, por que nadie va a hacer nada por nosotros.
Lo peor de todo es cuando ya no queda esperanza y poco a poco se van comiendo tu vocación.
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