Un cambio de paradigma exige un gran esfuerzo


¿Queremos mejorar nuestro sistema de educación?

Quiero un sistema de educación público de calidad. Las condiciones del sistema público no respetan los ritmos de aprendizaje de los alumnos ni favorecen el desarrollo de sus capacidades. Debemos cambiar el sistema, el esfuerzo merecerá la pena.

¿Queremos mejorar el inglés de nuestros hijos?

No basta con sacarse el B-2 para dar clase en inglés con fluidez. Los niños aprenden un idioma hablándolo, y hablándolo con nativos. Nuestros docentes también, colaborar con compañeros de otros países les daría la oportunidad de hablar y aprender con nativos. Muchos docentes quieren mejorar su inglés, pero no encuentran facilidades para trabajar en el extrangero. Favoreciendo administrativamente este tráfico de docentes entre países de Europa o de otros continentes mejoraremos la calidad de la educación, y del conocimiento de otras culturas y sistemas educativos por parte de la comunidad educativa.

¿Queremos que nuestros hijos aprendan mejor?

se aprende investigandoExijamos menos evaluaciones y mejores prácticas educativas. La evaluación nunca trató de ser un proceso en el que se pone nota a una persona. La evaluación no es poner etiquetas, es mejorar un proceso de aprendizaje y de enseñanza. No se pondrán notas, porque no se utilizará el premio y el castigo como herramienta de enseñanza. Se ha demostrado que se favorece el aprendizaje motivando y despertando la curiosidad de los alumnos, y esta será la única herramienta válida. Únicamente se punturá a los alumnos al final de cada etapa educativa.

Necesitamos un sistema que respete los ritmos de aprendizaje de los alumnos, que fomente su curiosidad desde niños y les permita desarrollar sus potenciales. Los niños quieren aprender, igual que quieren comer: son necesidades humanas que serán conocidas y respetadas por la comunidad educativa. No habrá un horario para cada asignatura, habrá un ratio dado de alumnos por profesores que permita la atención individualizada y se trabajará principalmente por proyectos colaborativos interdisciplinares en los que participen docentes especializados en distintas áreas. Los centros contarán con áreas preparadas para la experimentación autónoma de los alumnos, en las que los docentes intervendrán sólo para asegurar el disfrute de las experiencias. Los alumnos participarán en talleres y aprenderán en base a sus investigaciones. Trabajarán con libertad para crear y experimentar, y contarán con el tiempo, espacio y materiales necesarios para su aprendizaje y desarrollo.

El sistema educativo debe favorecer la participación de las familias en los centros. Las actividades estarán pensadas no sólo para los niños, sino para las familias, quienes podrán disfrutar y compartir los procesos de aprendizaje de los niños. Las familias ya no se preocuparán más por la nota, porque no habrá notas. Guiadas por el propio disfrute personal, tratarán de formar parte de los procesos en la medida de sus posibilidades.

¿Queremos mejores docentes?

No les lancemos entre adolescentes sin haber profundizado en pedagogía. Tampoco les especialicemos en magisterio sin haberse especializado antes en ninguna otra materia. Para estar bien preparados, los docentes deberían cursar estudios superiores y hacer un máster en educación de dos años más un semestre de prácticas. Los estudios de magisterio sólo tienen sentido como máster.

La licenciatura o ingeniería que elijan será la que más les guste: un docente ha de tener interés por aprender algún área del conocimiento además de vocación docente. Una vez lleguen al máster, durante dos años profundizarán en pedagogía. Conocerán la importancia de la investigación docente y los conocimientos basados en evidencias que tenemos del desarrollo de los niños desde que nacen hasta que se desarrollan como adultos, por lo que estarán preparados para dar clase a niños y adolescentes: desde infantil hasta bachillerato (de la especialidad relacionada con sus estudios superiores). Este máster no puede ser convalidado por el CAP ni por magisterio, es una formación mucho más profunda, con una parte práctica que implique participar en seminarios de docentes y colaborar en su tarea de autoevaluación, investigación y diseño de mejores prácticas educativas.

Para que un docente cobre por antigüedad (trienios, etc.) deberá participar en seminarios de autoevaluación y mejora de su práctica educativa, en los que participe alguna universidad o centro de investigación educativa. Ningún docente cobrará por estos seminarios, se entiende que forman parte de su sueldo, porque son necesarios para la mejora y mantenimiento de la calidad de su práctica laboral. Ningún estudiante de máster que esté colaborando con un seminario tendrá la presión de un centro o de un docente por ofrecer buenas valoraciones, porque no dependerá de los compañeros con los que esté trabajando para que se evalúen sus prácticas como aptas o no aptas. Todos los participantes evaluarán al o a los estudiantes de máster, incluido el propio estudiante, y esta evaluación de grupo será enviada a la Universidad en la que se esté realizando el máster para su valoración. Además, junto a esta evaluación de grupo, se adjuntará el portfolio electrónico del estudiante de máster realizado durante sus prácticas, en el que figuren vídeos y fotografías de los procesos que se describen, así como referencias a investigaciones recientes en educación relacionadas con el trabajo del seminario. Una de las funciones del estudiante será ofrecer este tipo de referencias externas a los docentes, y ayudarles en el proceso de renovación contínua.

¿Querrías participar como familia en un sistema educativo de estas características?

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