Hola María,
Gracias por responderme. En tu email me dices:
Ahi te va la pagina de HeartMath para que investigues. Te adjunto también un articulo sobre el tema, infelizmente está en inglés.
En la pagina tienes videos y mas cosas. Espero que tu «lado científico» te permita bucear en otros océanos distintos a los que frecuentas para poder tener una visión un poco más global.
No sé si has leído mi artículo, porque no lo dices en tu email. Pero si lo hubieras leído, habrías visto que en él hay un enlace a HeartMath, la web que me recomiendas. Fue la única referencia que mencionaste en tu conferencia, así que entré en ella antes de escribirte.
El «lado científico» del que me hablas, en realidad no es más que el valor de la VERDAD, citándote: «realismo, franqueza, discernimiento, honradez, credibilidad, valentía, afán de saber, sinceridad, respeto, sentido crítico, disculparse (reconocer un error).» Y tú, ¿estás dispuesta a bucear océanos escépticos?
Si es así, me encantaría que tuviéramos conversaciones abiertas, sinceras y profundas sobre estos temas. Yo, por mi parte, prometo prestar atención a tus argumentos y buscar información al respecto. Estoy segura de que estas conversaciones serán muy útiles para las dos y para mucha más gente. Por compartir nuestros conocimientos con el mundo, y porque ninguna de las dos tiene nada que ocultar, creo que debe ser una conversación abierta: por ejemplo, en esta web. Si quieres llevar la conversación a otro sitio abierto, no tengo inconveniente.
Dicho eso, ¿podrías citar alguna evidencia que defienda la afirmación que compartiste con nosotros en tu conferencia: «en el corazón es donde se producen las emociones positivas»?
Espero tu respuesta.
Un saludo,
Aida Ivars.
PD: No te preocupes por el inglés, toda la bibliografía de mi carrera estaba en inglés. Me alegra saber que tú también lo dominas, así también podré remitirte referencias anglosajonas si lo considero oportuno.
Pero esto no puede ser… el enlace que pones de María es tremendo… Cada uno puede creer lo que quiera, y ya se empieza a ver el verdadero inconveniente de que la religión esté en la escuela: hemos dejado las puertas abiertas a las creencias como algo que se puede enseñar en ellas, no en el sentido mostrativo (que podríamos discutirlo dependiendo de edades y capacidad de juzgar del alumnado) sino en el sentido indoctrinativo, como elementos del conocimiento. Las creencias y el conocimiento son cosas distintas… Esto no puede ser.
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Sólo dejo un enlace a la contra de La Vanguardia, creo que es del tema:
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120314/54267641495/annie-marquier-corazon-cerebro.html
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¡Muchas gracias María! La verdad es que me estoy metiendo de lleno en el tema… María Pinar sigue sin contestar, pero esto no será un motivo para que todo quede ahí.
El artículo que me pasó María Pinar me da para una actividad de clase: «Características de un artículo científico». Éste otro artículo de La Vanguardia no va de científico, pero tampoco es un artículo de divulgación: es más bien de opinión. Da a entender por ciertas afirmaciones que van precedidas de «parece que», «parece ser que»,… y como fuentes no cita ningún artículo de investigación, ningún grupo de investigación… sólo dice «sabemos que», «se ha observado», «está demostrado que»… Presenta conclusiones como si fueran las únicas posibles, como ciertas… un ejemplo de divulgación pseudocientífica :-/.
Algo que llama la atención de todos estos artículos que van de «ciencia» del corazón (cuando en realidad son pseudociencia) es la importancia que dan al tema del campo magnético del corazón:
Yo no hago más que pasar por al lado de mi nevera, de mi lavadora,… y nada: que no me transmiten ninguna emoción, ni me comunican nada. Eso sí, hay quien está enamorado de su nuevo portátil o de su coche eléctrico 😉
Un saludo. PD: ¡Me encanta tu blog!
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