Necesitamos unas PAU que evalúen competencias


Carta abierta a Antoni Gil: lo que no pude decirle en las jornadas.

Ayer asistí a las X Jornadas de Orientación de la UPV. La última ponencia fue la de Antoni Gil, coordinador de las pruebas de acceso de la Comunidad Valenciana, quien nos habló de: «Cómo ha funcionado la selectividad y cómo será la PAU para los ciclos formativos». La verdad es que su trabajo no es sencillo, y le agradezco de antemano la atención que nos prestó a quienes le hicimos alguna pregunta o comentario.

A raíz de la respuesta que le dio a un compañero, le hice el comentario de que no veía ningún tipo de intención ni de interés en cambiar la naturaleza de la evaluación en las PAU, y que esto es algo que con la LOE y el plan Bolonia, tarde o temprano tendremos que cambiar, y que cuanto antes mejor. Usted le contestó al compañero que las PAU sirven para igualar contenidos. Por eso le dije que necesitamos unas PAU que evalúen competencias, no contenidos. Pero creo que estas palabras se las lleva el viento si no se explican mejor, si no se entiende su trascendencia.

¿Qué es esto de las competencias? ¿Por qué tanta importancia a esto de las competencias?

Cuando uno estudia secundaria no tiene porqué pretender ir a la Universidad, ni siquiera tiene porqué pretender estudiar. Pero allí le «enseñan», en física y química, qué es un mol, teorías y modelos que no se cuestionan (si esto no lleva a confundir teoría con realidad que me lo expliquen) y cómo se formulan compuestos inorgánicos y orgánicos: cosas que «cualquier ciudadano utilizará para entender el mundo en el que vive». Perdonadme la ironía. ¡¿Pero qué carajo está aprendiendo?! NADA. ¿Qué malévolo profesor intenta que sus alumnos no aprendan nada? Ni más ni menos que aquel que quiere que sus alumnos «triunfen»: que los que quieran estudiar en la Universidad tengan oportunidad de hacerlo.

¡Ah! Y luego nos alarmamos cuando nuestros alumnos no quieren estudiar ciencias. Pero, ¿acaso hacemos que sean atractivas? ¿Acaso embutiendo contenidos permitimos que la ciencia les sirva para algo a nuestros alumnos (teniendo en cuenta que la mayoría no irán a la Universidad)?

¿Y por qué sigue ocurriendo? Pues porque los contenidos que piden las pruebas PAU no hay mente que los consiga retener, habiéndolos comprendido o no, en los dos años que dura el bachillerato. Así que la mayoría de los profesores empiezan a preparar a sus alumnos desde secundaria, y los maestros que quieren preparar a los alumnos para secundaria, empiezan también en primaria a dar más contenidos de los que sus alumnos son capaces de digerir, procesar, cuestionar, aplicar… Y se empieza la casa por el tejado: en lugar de partir de situaciones reales para entender que se necesitan conocimientos nuevos para poder resolverlas, como se da en el aprendizaje basado en proyectos, les damos directamente a los alumnos un montón de herramientas con las que no saben qué hacer ni para qué sirven: que nunca utilizarán. Muchos compañeros lo justifican diciendo: «no tenemos tiempo para más». Para muchos compañeros que quieren ser buenos profesionales, pedirles a sus alumnos que analicen situaciones reales y complejas, que apliquen lo que saben para resolver problemas reales, que se encuentren con la necesidad de aprender,… es literalmente «perder el tiempo«. ¿¡Perder el tiempo!? A mi me viene a la mente la frase «Vísteme despacio que tengo prisa». Hay que tener cuidado, porque con las prisas hemos conseguido que aprender sea «perder el tiempo». Y los alumnos que sufren la prisa de sus profesores, se sienten impotentes y acaban memorizando para el examen, como se ha hecho siempre.

¿Cuántos errores hay en esta imagen? En realidad hay una causa que determina toda esta situación: LA EVALUACIÓN. La evaluación lo cambia todo, y la última de las evaluaciones es el cuello de botella, es la causa de todo lo demás: las PAU.

Si seguimos con las PAU que tuve yo (las mismas preguntas tipo), estamos obligando a TODO el sistema educativo a que pase por un aro muy chiquitito y muy anticuado. Cuando yo estudiaba no teníamos Internet, ahora estamos en la era de la información. Han habido ya dos cambios en la ley de educación. Yo estudié antes de la LOGSE, y ahora ya tenemos la LOE. Pero seguimos con las mismas PAU. ¿Es que acaso estas leyes no han supuesto ningún cambio para el sistema educativo?

Estamos en la era de la información, no en la era industrial. Necesitamos ciudadanos críticos, activos, creativos, capaces de cambiar de trabajo en época de crisis, capaces de aprender a aprender, de enfrentarse a nuevos retos, de solucionar problemas y conflictos, ¡de ser críticos con las informaciones que reciben!, de utilizar la ciencia para entender el mundo. ¿De verdad se enseña esto en las escuelas? Cuando tenemos la suerte de que se enseñe esto, tenemos alumnos que no son expertos en aprobar las PAU. Tenemos alumnos muy capaces, creativos, críticos, que entienden mejor el mundo en el que viven, que saben enfrentarse a problemas abiertos, pero que no triunfarán en las PAU.

Los «buenos profesores», para las familias y los centros, son aquellos que consiguen que sus alumnos, si quieren, puedan acceder a la Universidad. Solución: los profesores crean «expertos en aprobar las PAU», pero que no necesariamente saben más, ni entienden más ni mejor. No son más críticos, ni más creativos. Porque en las PAU estas capacidades no se valoran. Sin embargo, en las pruebas PISA estos alumnos serían quienes obtendrían mejores resultados, porque son pruebas que sí evalúan competencias. ¿Entienden el poder de las PAU?

En la Universidad necesitáis «cursos cero», cursos puente para que los que no tienen el «nivel» puedan aprender. Pero ¿el nivel mínimo no se supone que lo aseguran las PAU? ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo es posible que un alumno que haya superado las PAU, y haya sacado suficiente nota como para entrar en una carrera, no tenga el nivel adecuado? Si lo pensamos un poco, es fácil entender que lo que está ocurriendo es que los alumnos que sacan buenas notas en las PAU ni siquiera entienden los problemas que saben resolver, no saben para qué sirven. Son expertos en aprender sin entender, en repetir procesos, protocolos, modelos, en definitiva: en comer para vomitar. Este es el peor «copia y pega» que les obligamos a hacer a nuestros alumnos.

¿Por qué hay que enseñar y evaluar competencias? Porque ser competente no es saber seguir un protocolo, ni ser capaz de memorizar definiciones, teorías, fórmulas y procedimientos. Como dice Neus Sanmartíser competente es tomar decisiones que nos permitan actuar eficazmente en situaciones diversas, complejas e imprevisibles. ¿En la Universidad queréis alumnos competentes? ¿Y qué hacéis para conseguirlo? Debemos evaluar lo que queramos conseguir en nuestros alumnos. De momento, seguimos con las mismas PAU.

A pesar de todo, muchos maestros y profesores siguen luchando desde abajo, poniendo su granito de arena para que el cambio sea posible: acuden a jornadas, se comunican en las redes sociales, se reinventan a si mismos, trabajan por proyectos, utilizan aprendizaje colaborativo, evalúan competencias. Pero para que el cambio sea posible, tiene que darse en todos los niveles del sistema educativo, tiene que haber coherencia en todos los niveles. Y tiene que haber coherencia entre lo que queremos que aprendan nuestros alumnos y lo que evaluamos. Todos necesitamos que las PAU cambien: las escuelas, los institutos, pero también la universidad. Y ustedes tienen en sus manos el cuello de botella.

57 comentarios en “Necesitamos unas PAU que evalúen competencias

  1. Más claro, agua. Y esto es algo que (no sé si mucha ) parte del profesorado de secundaria tenemos claro. Pero sufrimos ese (estúpido) complejo de inferioridad respecto a la universidad que nos lleva a asumir sin rechistar lo que desde ella se impone y que, lamentablemente,arrastra a todo el sistema educativo. La forma más eficaz y rápida de conseguir cambios en educación serí acon cambios en las PAU. Estupendo post Aida. Gracias

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  2. Me ha gustado mucho el post, Aida. Siempre hablamos de la ESO pero no del Bachillerato que es el último reducto de los que siguen pensando que se estudia para ir a la universidad y, en consecuencia, prima el aprendizaje puramente memorístico, con en la PAU.

    El caso es que según Bolonia, la universidad es otra cosa pero su acceso sigue siendo el mismo.

    El cambio en la PAU (no en la estructura sino en el fondo) es una tarea pendiente como el cambio en el sistema educativo. Es más, es una de las pruebas del algodón de que la Educación está cambiando en España.

    Saludos

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  3. AH!! competencias y PAU son dos conceptos contrapuestos, hoy por hoy. De hecho, el sistema es tan malo que en la uni dan cursos cero para poner al alumnado al nivel inicial que no tienen para empezar a estudiar.

    Si Bolonia se centra en una formación basada en competencias también la PAU y el Bachillerato deberían estar orientados hacia su adquisición.

    Siempre con lo mismo, no avanzamos nada.

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  4. Gran post Aida. Felicidades. Has puesto el dedo en la llaga.
    La PAU es humo. Humo negro. No sólo no se evalúan competencias, sino que supone un freno importante a los intentos de innovación y de la integración de las TIC en los procesos de aprendizaje del profesorado en Bachillerato. Pero es que además, el bachillerato arrastra la ESO, y se está constantemente más pendiente de terminar los temarios, de preparar memorísticamente y mecánicamente al alumnado para la dichosa prueba, que de intentar que APRENDAN, sí con mayúsculas.
    Una abrazo.

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  5. Te voy a decir lo que pienso: cómo no creo para nada en la preponderancia de los aprendizajes formales sobre los informales, es decir, el curriculum (que no interesa a ningún estudiante) ahoga en vez de solucionar, que produce fracaso escolar en lugar de significar, éxitos…que pretende aprendizajes homogeneizadores en lugar de inclusivos, que nos encierra en los centros , en lugar de propagar el aprendizaje ubícuo…por tanto Las PAU y las competencioas (otro elemento finalista) y por tanto inoperante para los aprendices, la verdad es que realmente y en la práctica, no sirven para nada.

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  6. Me pillas un poquito pez en el tema pero considero que si no hay una coordinación vertical en los criterios, mal vamos. Como decía Segundo Fidalgo en su conferencia del otro día en #aviles2010, sus alumnos al cambiar de Primaria a Secundaria se aburren como ostras pues han pasado de trabajar por competencias a trabajar en busca de la exclusiva memorización y mecanización de actividades.

    No sé si me aclaro o estoy con la diarrea mental.

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  7. Es difícil comentar un post tan redondo. Pero creo que puedo añadir una anécdota. Llevo tras el inspector de mi IES tiempo para que revise mi programación de aula e indique su ajuste a la legislación (más que nada porque estoy harto de que la gente diga «evaluar así no es legal; tiene que haber exámenes; luego está la selectividad; etc.». Y el se escabulle, diciéndome que la legislación es clara, que la lea.

    ¿¿¿Que la legislación es clara???

    Hay que joderse. Una legislación que habla de competencias y a reglón seguido (quiero decir a renglón seguido, literalmente) indica que los criterios de evaluación se siguen en función de los contenidos. Una legislación que indica claramente, y en negrita, que la evaluación se sigue atendiendo a procesos y tres renglones más tarde indica «sin perjuicio de los exámenes o pruebas», que son productos. Una legislación que apuesta por las competencias en la metodología y evaluación pero pide contenidos memorizados en su calificación.

    ¿¿¿Que la legislación es clara???

    Lo que tenemos es el resultado de una legislación hecha a retazos, que no ha evolucionado suficientemente. Estamos jugando a varias cosas, contradictorias entre sí. Y eso está ocurriendo por culpa del legislador (servicios centrales) apoyado por el ejecutivo (servicio de inspección).

    ¿Y el que paga el pato? Yo no, que yo cobro a fin de mes y me voy a casa a las 14:45. Quien paga el pato son familias y alumnado.

    Me callo ya…

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    • Tienes más razón que un santo ateo, José Luis. Como tú mismo dices, tenemos una «legislación hecha a retazos», en la que se han ido añadiendo nuevos aspectos sin preocuparse lo más mínimo por la coherencia interna. Un poco como esas malas programaciones que se cambian a trocitos, una miajita cada año, y que prescriben en la página 64 lo cotrario de lo que dicen en la página 27. Una muestra más del interés de nuestras administraciones educativas por establecer un marco normativo coherente.

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    • Desde luego que si. Soy maestro de Primaria y padre sufridor de similares profesores que te dicen que «evaluar así no es legal».

      La inspección nunca se sabe para que está. Nunca dice ni que si ni que no y mientras muchas generaciones de adolescentes se están «educando» con métodos del siglo XIX en pleno siglo XXI

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  8. Seré un poco sarcástico cuando digo que los institutos, en el bachillerato, se convierten en las mayores «autoescuelas» de nuestro país, y eso que no se trata la educación vial por ningún lado.
    Me explicaré, en una autoescuela, no te enseñan a conducir, ni siquiera como hacer cierto mantenimiento de emergencia de tu vehículo (que asome la patita al que le enseñaron a cambiar una rueda pinchada), en realidad la función de la autoescuela es prepararte para que te aprendas unos contenidos de memoria (señales de tráfico), y que automatices una serie de rutinas para superar el examen (prácticas de conducción y aparcamiento).

    ¿Nos suena de algo? Es exáctamente lo mismo que se hace en el Bachillerato, nos embuten unos contenidos de memoria, y luego nos hacen aprender unas rutinas, y con ello superamos un examen.En este caso las mencionadas PAU.
    Pero esque la Universidad no es muy distinta, por poner un ejemplo, en didáctica me enseñaron multitud de paradigmas sobre la didáctica, pero jamás me propusieron una estrategia para adaptarlos a mi práctica docente, por lo tanto, me llenaron de contenidos para una prueba pero no me dieron ningún tipo de habilidad para el mundo real.

    De ahí el conflicto entre las PAU, la Universidad, y las competencias. Se supone que con Bolonia las carreras se han de acercar más a las competencias, pero si repasas los planes de estudio, a no ser que cambie mucho la docencia del profesorado, la cosa va a seguir igual. Y aunque digan que las PAU no las diseñan las Universidades, en la mia, el sello que figuraba era el de la Universidad de Zaragoza, así que imagino que algo estarán involucrados.

    En definitiva, si queremos que las PAU evalúen competencias, primero las tendremos que meter, aunque sea a palos, en la Universidad, y cuando la caterba de eméritos doctores y compañía, empiecen a tener que trabajar y evaluar competencias, entonces la PAU cambiará. Hasta entonces podremos quejarnos y seguir trabajando por competencias hasta 4º de la ESO, que en Bachillerato tirarán abajo nuestra faena, y en la Universidad pedirán hacer «Cursos 0».

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  9. Sólo puedo comentar que estoy de acuerdo con todo lo que dices en meridiano román paladino. Es verdad que muchos, muchos, compañeros-as sienten la responsabilidad de preparar al alumnado para la Universidad, no los acompaño pero … Y evidentemente existe la contradicción paralizante que planteas. Quizás es uno de los parámetros nuevos de la administración más eficiente: llegar al absurdo. Las leyes dicen que los profesores enseñen por competencias y el examen se hace de contenidos. Pues vale. Pero es surrealista.

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  10. Aída, que razón tienes en todo lo que dices. El otro día en el trabajo nos planteábamos: ¿para que narices queremos un currículo lleno de contenidos? ¿No son los contenidos un pretexto para trabajar con los alumnos y que adquieran las CCBB? Sertía mejor un currículo por ámbitos con unos contenidos totalmente abiertos y adaptables a la realidad del centro educativo y de los chicos/as.
    Y si hablamos de Bachillerato, parece que estamos hablando de una etapa en la que lo importante no es educar y preparar a los alumnos para el mundo real, sino que pueda saltar con pértiga a una gran altura: y cuando ya están arriba, entonces llegamos y les quitamos la colchoneta.

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  11. Hola Aida,

    Creo que lo has bordado con el artículo. Sin duda el cambio es necesario, pero necesario en todos los ámbitos de la educación. Tan solo tenemos que mirar atrás todas las personas, y veremos realmente de que nos ha servido la educación que tenemos, lo que hemos aprendido, y como lo hemos aprendido. Puedo decir claramente, que muy poquito he aprendido en la escuela, muy poquito.

    Creo que es vital que nos planteemos muy bien lo que significa trabajar por competencias y lo que significa realmente «educar». Si realmente queremos que nuestro alumnado aprenda, deberemos replantearnos todo lo que estamos haciendo, y como lo estamos haciendo. Al final, no hacemos más que repetir un modelo basado en la sociedad industrial, en donde educar era sinónimo de adiestrar y domesticar, y por desgracia… eso hoy sigue siendo lo actual.

    Entiendo el agobio del profesorado de bachiller por intentar «ayudar» a sus alumnos a pasar un mero trámite, o una mera criba, porque no es otra cosa que una criba, ya que como muy bien decis, todo lo supuestamente aprendido no vale para nada… ¿No es una pérdida de tiempo? Confio plenamente en la capacidad del alumnado para llegar a bachiller sin tener que tragarse y vomitar los cientos de contenidos infumables que les metemos a diario, eso si, adquiriendo realmente capacidades y aprendizajes que si que tienen que ver con su vida real, desarrollando las múltiples inteligencias y desarrollando toda una serie de actitudes que le ayudarán a superar toda clase de pruebas, obstáculos y adversidades.

    Que no cambie la educación obligatoria porque las PAU, el bachiller y la universidad no cambien me pareceria un auténtico error. Esta claro que lo ideal seria que cambiara todo a una, pero si conseguimos el cambio en toda la etapa de educación obligatoria, habremos conseguido ayudar a nuestro alumnado a convertirse en ciudadanos críticos, con toda una serie de «capacidades» o «competencias» que les ayuden a entender las PAU o el bachiller como un mero trámite para poder llegar a donde quieren llegar. Cuando un alumno o alumna tiene claro que es lo que quiere, y es crítico con lo que hace, su motivación se dispara y es capaz de conseguir objetivos que para nosotros serian impesables.

    Confio en cambiar el sistema a pesar de las PAU y todo lo que ello conlleva. Confio en la capacidad de nuestro alumnado para cambiar el propio sistema y confio en todo el profesorado, motor capaz de cambiar la educación que hoy tenemos.

    Un abrazo!

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    • Aunque me parece correcto el planteamiento general que hace Aida, y que todos los comentarios hasta aquí apoyan, creo que la clave está en lo que dices tú, Jaime. Una vez más, nos bloqueamos con factores exteriores. No puedo probarlo, evidentemente, pero mi convicción es que la gran protagonista del aprendizaje por competencias es, precisamente, la capacidad de aprender. Por eso creo que si una alumna o alumno se educa en una metodología, digamos, «competente» (por abreviar) podrá, si quiere, superar su PAU con éxito, e incluso apreciar y decidir que para sacar una nota concreta lo hará en tres años en lugar de en dos.

      Las personas educadas en «nuestro» modelo, en NUESTRAS ESCUELAS, serán capaces de tomar decisiones, de superar obstáculos, de utilizar sus capacidades y motivación para enfocar un cierto periodo de su vida, y más importante aún, disfrutarán de ello.

      En serio, lo creo.

      (y creo que muchos de vosotros lo creéis también, pero…)

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  12. Queridos amigos! Ese cuello de botella empieza desde la más tierna infancia. Toda la botella es puro cuello y los niños, botellitas de largo cuello y poco fondo, (para que suba el nivel) que hay que llenar (de nada) para que escupan en los exámenes de 2º, de 4º, de 6º, pagando millones, (por ejemplo en la Comunidad de Madrid al Trinity), por algo que llaman evaluación y que en realidad son controles de ranking para segregar más y mejor.

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  13. Me estoy haciendo viejo.
    Han dejado de agobiarme las PAU, este año tampoco tengo una asignatura de segundo de bachillerato y estoy tan contento.

    Desde mi punto de vista; los alumnos aprueban todos, no hace falta que nos esforcemos demasiado en prepararlos, La Universidad necesita hacer caja y lo consigue con las matrículas de primero. Si después hace falta un curso para reprogramar a los alumnos que, Oh!, misterios de la pedagogía. ¿Cómo les han dejado pasar así los de secundaria?

    Antes me quedaba esperando que suspendiesen a algún alumno que yo sabía que iba «flojito» (poned el eufemismo que queráis), al que se le aprueba para que siga su vida y no se estanque en el instituto, pero del que todos pensamos que está en el límite de los contenidos aprobados y bastante falto de competencias.

    Pues no, nunca suspenden.

    No se si acertaré en enseñar competencias, de momento tengo pequeñas revoluciones cada día en Ciencias del mundo contemporáneo, pero se van acostumbrando. Tampoco se si lo estoy haciendo bien. Ayer estaba de bajón, me he cargado a un montón de tercero de la ESO porque contestan con monosílabos, pero de lo que más paso es de las PAU.
    No creo siquiera que sea un problema de contenidos vs competencias.

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  14. Mientras que los sistemas educativos los hagan políticos (tratando la Educación como moneda de cambio) o gente que no se ha metido en la vida en un aula, o bien se han metido y se han tenido que salir al darse cuenta lo que realmente significa «enseñar»… así nos van a ir las cosas en España. Sólo digo eso.

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  15. Hola,

    A mi modo de ver hay un doble debate. Por un lado el acceso a la universidad y, por el otro, los estilos (enfoques, modelos…) de enseñanza-aprendizaje.

    El acceso a la universidad es pedagógicamente perverso: es un filtro anacrónico provinente de la etapa en la que existía una escasa oferta formativa de grado superior y una creciente demanda que no podía cubrirse fácilmente. En la actualidad no se evalúa la compentencia sino que a lo sumo se filtra la incompetencia; siempre, además, en base a la simple ley de la oferta y la demanda. ¿De qué si no las notas de corte?

    En cuánto a los estilos de enseñanza y aprendizaje el enfoque competencial, desde diferentes vertientes es sin duda el más extendido en estos momentos, siendo una derivación del modelo socioconstrucivista pero sin encontrar el debido encaje en la enseñanza superior ya que la mayoría de profesorado universitario es resistente al cambio.

    Una vía que puede ayudar a repensar el sistema es entender la enseñanza – si se prefiere, la educación – como una formación por la carrera (a lo largo de la vida) y que disponga desde la Primaria de los elementos de acompañamiento y orientación enfocados a la profesionalización. Dicho de otro modo, reestructurar por completo la formación profesional, dignificarla hasta tal punto que pueda llegarse a considerar que el grado de Derecho o Medicina no dejan de ser una FP para futuros letrados o cirujanos. De este modo podrán conseguirse profesionales que, según sus competencias adquiridas desarrollen al máximo su potencialidad que ha ido forjándose a lo largo de su itinerario académico (debidamente orientado desde la educación básica y obligatoria) y con la posiblidad que la formación continuada puede ofrecerle a lo largo de la vida para seguir disponiendo de respuestas a su desarrollo personal y profesional.

    Saludos cordiales.

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  16. Gracias por la entrada Aida, describes una realidad que estoy viviendo en casa con mi propio hijo que está en 2º de bachillerato, no le quito ni un punto ni una coma y realmente es una putada lo que están haciendo con ellos, horas y horas de estudio de contenidos y la mayoría para saco roto
    Mientras se enseñe y se estudie para aprobar y no para aprender, mientras solo importe repetir repetir y repetir contenidos y quien mejor los repita tiene mejor nota, mientras en la ESO y en Primaria prime eso de acabar el anacrónico programa que es lo mismo que decir acabar el libro, esto cambiara poco.
    Estoy convencido de que el cambio debe de venir desde arriba, es decir hay que cambiar la PAU para que cambie todo lo demás, si ahora se enseña en función de unas pruebas determinadas, si se consigue cambiar estas pruebas por otras en donde primen la consecución de las famosas y necesarias competencias ayudará a cambiar todo el proceso porque no olvidemos que en todo esto mandan los resultados no los procesos.

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  17. Muy buena reflexión….. has descrito la realidad. Y como dice @olmillos mucho debemos cambiar… y desde abajo. En primaria parece que, la administración, te anima a trabajar por proyectos, pero luego te «obligan» a colocar una nota numérica en base a … ¿contenidos por ejemplo? cuando la realidad que has creado es diferente basada en otros valores que no tienen porqué acabar siendo un triste número.

    Ni siquiera conocemos lo que está haciendo «el de al lado» sea bueno o malo o simplemente diferente, más aun no tenemos ni idea del sentido que se le da a la educación etapas superiores. Cada etapa parece que rema en sentidos diferentes, con lo no hay una línea clara (ni siquiera oscura) en la educación. Otra escuela es posible…. y sobretodo NECESARIA y desde la administración se deben «poner las pilas» antes de que sea demasiado tarde y muera el paciente llamado Educación.

    Felicidades por el artículo Aída.

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  18. La verdad es que hablas de un tema candente del que tengo la misma opinión que tú. Y es que, como profesora de ESO y Bachillerato, me encuentro con ese obstáculo a todo lo que intentamos hacer que es la prueba de Selectividad.
    Mientras esa prueba no cambie, no habrá mucha gente en los equipos directivos que crea en una escuela diferente. Mucha descoordinación hay en las altas esferas, las que se lo guisan y se lo comen. Y muy poca coherencia educativa.
    Queremos competencias, nos llenan la cabeza de papeles al respecto, nos hablan de atención a la diversidad, nos entusiasmamos con otro tipo de aprendizaje… para chocar con un examen de los de siempre (memoriza y vomita en el papel).
    Así no hay modo de progresar adecuadamente… dicho con segundas. Necesitamos una Universidad adecuada a las demandas profesionales, y formada por alumnos dispuestos a aprender, investigar, experimentar, crear hipótesis, comprobarlas. Memorizar lo hace cualquiera y luego necesitarán los Vademecums para saber qué necesitas para un dolor de cabeza, porque no se acuerdan. Un poco drástica, pero es mi opinión.

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  19. He de darte la enhorabuena por el post, no te imaginas lo de acuerdo que estoy con lo que planteas. No creas que es solo «cosa de ciencias», me ha encantado lo de «luego nos alarmamos cuando nuestros alumnos no quieren estudiar ciencias». Puedes sustituir perfectamente lo de ciencias por lenguas, griego o cualquier materia. Las PAU son lo peor con lo que nos enfrentamos los profesores de bachillerato, la mordaza mayor para desarrollar nuestras materias. Algunas veces lo he comentado: aprendemos griego en 1º de bachillerato y en parte de 2º, pero cuando pasan las navidades, nos ponemos a preparar las PAU (los que vivimos de optativas hemos de garantizar una nota maravillosa para tener alumnos al año siguiente) 😦

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  20. Así que coherencia dices, ¿no? No pides tú ná, bonita… 😉
    Yo creí que no lo conseguirían. Incluso pensé que mi soberbia me ayudaría a resistir como una jabata hasta el mismísimo día de mi muerte. Me imaginaba a mí misma sacando la mano del ataúd antes de entrar en el horno (el de mi pueblo es ecológico y la wifi para los familiares es gratis, dicho sea a modo de cultureta general) arengando al mundo sobre las barbaridades que hacemos con nuestros hijos, nuestras alumnas, con nosotros mismos… ¡por favor, sed competentes, dejad de memorizar, mirad qué chungos son los abogados, bailad, bailad, malditos!, diría yo algo así, supongo..
    Pero no. Ni mi soberbia ha sido más fuerte (de lo que me alegro por mí, claro) Me rindo. Me he rendido. Me borré del consejo escolar en el que estaba como maestra. Más aún en el que padecí como madre el desprecio (desde mi sentir no exagero) más absoluto, a pesar de que no suelo yo dejarme pisotear. Me borro de los debates cansinos, me borro de enfadarme y de sufrir.
    Ya sólo me queda una dura, callada y profunda tristeza viendo como mi hijo de 17 años, un ser humano respetuoso, amable y trabajador, un niño bueno, que merece lo mejor (como todos los demás) se tiene que conformar con lo que hay. Me duele tener que enseñarle a respirar para vencer la ansiedad; a callarse cuando le ofenden; a agachar la cabeza cuando lo suyo sería dar una patada a la mesa… Pero es lo que hago: aguantamos la respiración, trabajamos en cosas inútiles y esperamos que llegue el agua de mayo para poder hacer un graffitti en el muro del instituto: ME CAGO EN TÓ LO QUE SE MENEA.
    Y, si bien los que legislan tienen la picha hecha un lío, si bien ahora tenemos que ser competentes pero nos evalúan en contenidos, y si bien la culpa nunca es mía, no es menos cierto que, como dice Jordi, mi maestro, EVALUAR CONTENIDOS ES MÁS FÁCIL QUE EVALUAR COMPETENCIAS. El libro de texto es más fácil que mojarse metiendo la calle en la escuela. Y nadie como el cuerpo docente «pa echarse al coño», que me dijo una madre una vez.

    Y entre todos la mataron y ella sola se murió: la Primaria, con su falta de profundidad y compromiso profesional; la Secundaria, con sus técnicos inútiles y engreídos para comprender a las personas que tienen delante; la Administración, con su lío permanente; la Universidad…

    Entre todos la mataron y ella sola se murío, sí.
    La escuela, digo.
    La sabiduría, digo.
    La paz, la solidaridad, el buen hacer, la pasión por lo que haces, la alegría, la salud física y mental… ¿que exagero? Y una mierda, miren si no en sus propias tripas.

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  21. amén @nololamento … como dice la canción de Quilapayún… mira como se menea la buena batea, …;-) ..pero si usté me convencía hace poco de lo contrario … estamos ya en «1984» de Orwell o en «Un mundo feliz» de Huxley ..en una distopía!!!!

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  22. Genial, Aída. La última vez que impartí Matemáticas Aplicadas a las CCSS II, el grupo terminó obteniendo de las mejores notas de la materia de la CCAA. Imagino que debería estar orgulloso… pero lo cierto es que inicié y terminé el curso pidiendo perdón al alumnado por no trabajar por proyectos y aprender de verdad… Me limité a prepararles para un examen, con trucos y todo… De hecho les dije mil veces que me sentía fatal porque les estaba estafando, pero era lo que tocaba. Ese año me gané al alumnado por mi forma de ser y trabajar con ellos, pero no por usar metodologías u objetivos motivadores en sí mismos… En otras palabras, me prostituí. Suena fuerte, pero es lo que SENTÍ y sigo SINTIENDO.

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  23. Hola de nuevo, Aída,

    La próxima vez que nos pidas comentarios, voy a ser el primero, porque llevo más de media hora leyendo !!! El tema es apasionante, y tus reflexiones y contribuciones de otras personas, geniales… Allá van las mías a modo de esquema, que si no, me salía «La Odisea», o «La Eneida», y no lo leería nadie (aún así, tengo mis dudas):

    – Hay gran parte del profesorado que trabaja solamente para un 15 %: quienes van a Bachillerato, con idea de ir a la universidad. No estoy exagerando las cifras. Haced números.

    – Hay experiencias que muestran que un alumno/a autónomo puede aprender a leer por sí solo, aprender cosas de matemáticas en dos meses que supuestamente se tardaría 4 años en la escuela tradicional, o en solo dos años superar con buena nota una prueba de acceso a la universidad…

    – El aprendizaje por proyectos es genial para las competencias, pero es muy difícil llevarlo a cabo con la fragmentación de asignaturas y departamentos en Secundaria. Muy sencillo en primaria. Se necesita un claustro muy comprometido, valiente y decidido para poder llevar un auténtico y radical «trabajo por proyectos» en Secundaria. Lo que hacemos algunos, son meros intentos o acercamientos desde nuestra asignatura.

    – El tiempo nunca se pierde, en educación, y el tiempo más creativo es el del aburrimiento. Me recomendasron hace poco un libro «Elogio de la educación lenta» (no tengo la referencia exacta).

    – Efectivamente, pasan los siglos y sigue la misma PAU… Alguien me dijo que en EEUU las PAU consisten en expresión, comprensión y creación escrita, exclusivamente.

    – Hay una cosa que no comparto, Aída: cuando el alumnado de verdad es autónomo, crítico y «competente», creo que sí será capaz de superar cualquier PAU que se le ponga por delante, tenga el contenido que tenga.

    – Ningún tipo de examen escrito es capaz de medir competencias, y PISA tampoco evalúa competencias, en absoluto, igual que las Pruebas de Evaluación y Diagnóstico (PED, en Andalucía) tampoco lo hacen. Ningún examen escrito puede hacerlo. Va en contra de la propia teoría de competencias. Si esa prueba escrita fuera completada con otras pruebas orales, pruebas experimentales, de investigación, de trabajo en equipo… entonces, empezamos a hablar de evaluar competencias.

    – Personalmente, cambié la metodología cuando comprobé que mis alumnos con calificaciones de 8 y 9 en exámenes, no se acordaban de nada cuando pasaban dos semanas. Y después de estudiar historia de la música todo un año, me pregunta en mayo: «¿qué significa la palabra «cronología»? Entonces dije: «algo hay que hacer».

    – Claro que sí… ser competente es «tomar decisiones», luego tendremos que permitir y admitir que el alumnado tome decisiones en el aula cuanto antes, y referentes a todo: contenidos, metodología y evaluación. Esto no significa que hagan «lo que les dé la gana». La voz del profesor, también será tenida en cuenta, por supuesto.

    – Creo que hay que distinguir la «O» de Secundaria (ESO), de la Secundaria que no lleva «O». Entiendo que el Bachillerato esté orientado en cierto modo hacia la Universidad o FP superior, pero NUNCA ANTES.

    – Otra cosa: conozco bastante gente de Departamentos de Didáctica universitarios y (lo diré bajito) ni saben ni les interesan en absoluto las competencias básicas. Comparto buena parte de sus críticas, pero como dije en otro lugar, «si las competencias nos sirven para cambiar prácticas, bienvenidas sean, utilicémoslas como excusa».

    – Víctor, coincido contigo, hoy por hoy, competencias y PAU son cosas contrapuestas.

    – Gregorio, no tengo tan claro que se trabaje más por competencias en Primaria o en Secundaria, al menos por mi experiencia. Lo que hay en Primaria es otro tipo de discurso, no mucho más… eso sí, sobresaturación de «fichas» y libro de texto (y espero que nadie se moleste).

    – Comparto con José Luis Castillo que la legislación no es clara en absoluto: en atención a la diversidad, por ejemplo, TODO VALE (segregación e inclusión), supuestamente las competencias están por encima de todo, pero los contenidos «mínimos» son todo lo que yo estudié en mi carrera (y no es broma)… Dicen que hay que utilizar muchas herramientas de evaluación y luego dicen que con las pruebas de Diagnóstico se miden competencias… efectivamente NO SÉ MUY BIEN DE QUÉ VAN… Y por favor, no te calles, José Luis…

    – Alejandro: efectivamente, nada más contradictorio que la típica charla magistral sobre el cambio metodológico !!! (haz lo que te digo, pero no hagas lo que hago).

    – Fernando García: creo que al absurdo, hemos llegado hace ya tiempo… queda la decadencia… o empezar a construir. Cuestión de opción personal y profesional.

    – Miguel Gil: un ejemplo del «cuello de botella»… Un profesor pide a un orientador que le diagnostique a un niño de 6 años para «sacarlo del aula», así, directamente (es real, me lo contaron el otro día).

    – Antoni Moga: las competencias no vienen del constructivismo, sino del mundo de la empresa. Luego viene el constructivismo y «se aprovecha» (en el buen sentido) de ellas. ¡¡¡Aprovechemos esta moda y hagamos la revolución en que creamos!!!

    – María L.: Nadie se va a atrever a «meterle mano» al Bachillerato mientras sigua existiendo esta PAU. Y me parece normal.

    – @Nololamento LO HA DICHO CLARAMENTE. AMÉN. Se puede decir más alto, pero no más claro. Esto no hay por donde cogerlo. Solo algunos locos claman en el desierto…

    Enhorabuena, Aída, por tu post, y mil gracias por «ponernos las pilas» de esta manera.

    ¡¡¡Un abrazo a tod@s por todo lo que aprendo de vosotr@s!!!

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  24. Me ha encantado tu post, porque presenta de forma muy clara la paranoia que se sufre en 2º de Bachillerato. Por un lado, debemos a los alumnos la mejor preparación para el examen (que no para la vida), pues de las calificaciones del curso y, por tanto, de las PAU, depende en gran medida la elección de carrera, en muchos casos fruto de una vocación. Por otro, sabemos que, como educadores, estamos siendo inútiles azuzadores de perros en las espaldas de nuestro alumnado, que mantiene un galope feroz devorando tema tras tema sin ningún tipo de comprensión, orden ni concierto.
    Aunque no puedo quejarme. Soy profesor de lengua y literatura, y nuestra prueba es, fundamentalmente, un comentario crítico de un texto, en el que se debe demostrar madurez, comprensión, expesión escrita, razonamiento, toma de postura, etc; es decir, competencia en comunicación lingüística. Y por ello se nos permite pasar buena parte del curso preparando este comentario. En este caso son los propios alumnos los que nos piden que trabajemos la competencia.
    Como decía antes, la calificación es también importante para la nota media de bachillerato. El curso pasado aproveché esta circunstancia, ofreciendo realizar glogs para el homenaje a Miguel Hernández a cambio de mejorar la nota del trimestre. Los alumnos se avinieron a ello y no se arrepintieron.

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  25. Me ha interesado la crítica que haces a la enseñanza de las ciencias. Confundir «teoría con realidad»… Es cierto que puede pasar eso. A veces parece que el alumnado no puede «defenderse» de las «verdades» que le dicta el profesorado… ni cuestionar nada, cuando la actitud científica sería justamente lo contrario, cuestionarlo todo.

    Me preocupa un poco la evolución de la ciencia de los últimos años y cierta falta de imaginación y creatividad que me parece detectar… (?) luego los profes podemos llegar a transmitir eso mismo en nuestras clases…

    El artículo está estupendo 🙂

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  26. Leí tu post esta tarde y me dije, esta noche busco un ratito para hacer un comentario. Cuando son poco más de las nueve de la noche me encuentro que mi admirada Lola se me adelanta y que me deja sin palabras. Porque esta señora tiene la manía de escribir lo que otros muchos pensamos, pero ella lo escribe mucho mejor.
    Lo único que puedo añadir es que tengo la “suerte” de trabajar en una comunidad donde a la Administración no le interesa la Escuela 2.0, ya saben, porque es perjudicial para la salud. Y que tiene el valor todos los años, más o menos cuando llega el mes de junio, de hacer un “examen” al alumnado de 6º de Primaria, que lo llaman “Prueba CDI”, que como seguramente todos sabrán, nada tienen que ver con las competencias básicas.
    Si esto está pasando con la E. Primaria, no quiero ni decir de lo que veo a los estudiantes de magisterio que vienen a mi clase a hacer prácticas.

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  27. Muy interesante artículo. Es una gran contradicción lo que sucede en las escuelas. Jose Luis Castillo lo ha reflejado muy clarito en su comentario y Lola acaba de rematarlo con una perla: «todos juntos la mataron, y ella sola se murió»: lesgisladores cool, curriculos inútiles, evaluación incoherente, y predominio de la memoria.
    Se aprende haciendo, y eso debería ser el punto de partida de todo lo demás.
    Un amigo mío me dice que tengo suerte de trabajar en primaria, porque a esas edades, los chavales todavía no se dan cuenta de que los estamos estafando.
    Touché 🙂

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  28. Queda poco por decir, Aida. Parece que a todos nos toca tragar con el sistema, pues no parece justo venderle a los alumnos la fantasía de unas instituciones que los van a valorar por sus capacidades cuando en realidad valorarán ciertos automatismos memorísticos.
    Alejandro Folch apuntaba el símil de la autoescuela, pero ni a eso llegamos, pues en la autoescuela, al menos dejan conducir al alumno:
    http://elblogdemiguelcalvillo.blogspot.com/2010/11/cuando-la-escuela-sea-una-autoescuela.html
    Un saludo y enhorabuena.

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  29. Creo que hay dos palabras claves en el tema de la enseñanza y que siempre han de ir unidas, metodología y evaluación, una sin la otra no tienen sentido.Ya llevamos muchos años que la evaluación sólo mide resultados en cuanto a adquisición de contenidos, por desgracia no importa si esos contenidos sirven o tienen significado para algo. Está claro que las Pau el único objetivo que tienen es clasificar y en ningún momento preparar para nada, mucho tiempo absorbiendo y memorizando contenidos que pronto se olvidaran.
    La evaluación debería debería tener presente otros aspectos como la cooperación, la participación, la implicación, el esfuerzo, la superación, el análisis, la crítica, la presentación, el entusiasmo, el sentimiento, la creación, la autoevaluación… que sólo están presentes en el proceso y no en una prueba de contenidos final.
    La casa se empieza por los cimientos. Si queremos que algo cambie hay que empezar siempre por abajo, pero sin parar y acabándolo a tiempo. En educación infantil ya hace algún tiempo que las cosas están cambiado, los proyectos ilusionan a los niños cada mañana. En primaria el cambio se está iniciando, pero a ritmo muy lento y en la educación secundaria la cosa aún se ralentiza más. Lo de la universidad es punto y a parte.
    Hemos de esforzarnos todos para que el cambio sea posible (la ley también lo exige), para que nuestros alumnos no tengan la sensación de que están perdiendo el tiempo. Ánimo a todos!!!!!

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  30. La situación que analizas y denuncias es una de las más lamentables de nuestro sistema educativo. Podría contar muchas anécdotas que abundarían en tus críticas. Recordaré sólo una: hacer años un alumno (ya no recuerdo si de COU o de de 2º de Bachillerato) me espetó: «Mira, Felipe, tú quieres enseñarnos; pero nosotros queremos pasar la selectividad». Efectivamente, yo quería seguir enseñándoles a leer y a escribir (metas para toda la vida). Mi alumno estaba presionado por la plaza que quería conseguir en la Universidad. Y yo, pretendiendo enseñarle, le estaba perjudicando.
    Con el tiempo, dejé el Bachillerato y me refugié en los cursos de diversificación y compensatoria. Allí nadie me criticaba porque pretendiera enseñarle. Hasta creo que les parecía bien que lo intentara.
    ¿No es posible cambiar todo esto? Somos muchos los que estamos en desacuerdo. Y tenemos la Red.
    ¿Por qué no tomar este post como el inicio de una campaña de rechazo de este tipo de pruebas? ¿Por qué no damos alternativas?

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  31. No sé, Aida. Llevo tiempo dando clases sólo en la ESO. Sí te puedo decir que algunos alumnos obtienen un regalo al finalizar 4º ESO, y ni cortos ni perezosos se apuntan a Bachillerato. Es imposible preparar a estos alumnos en dos cursos para su acceso a la universidad. ¿Y si se pusieran algunos requisitos para acceder al Bachillerato?
    Sé de profesores estresados por dar el currículum y preparar para la dichosa prueba. El objetivo de Bachillerato no es alcanzar el desarrollo de unas competencias básicas, ni aprender para la vida, eso debería haberse conseguido antes de finalizar la enseñanza obligatoria. Y no debería ser que los alumnos consigan aprobar la PAU, pero este sí es el objetivo en mente de cualquier profesor o alumno de Bachillerato. Poco importa que antes de terminar el primer año de carrera abandonen. Esto es lo que hay.
    Cierto que no debería ser así, pero también es cierto que de alguna manera hay que comprobar el nivel alcanzado, porque los centros son muy distintos unos de otros, y por supuesto que los alumnos también.
    Por otro lado, ¿los comentarios filosóficos, de historia o literarios son memorísticos? Yo creo que dan la oportunidad de demostrar la madurez alcanzada en el razonamiento.
    Supongo que tú tienes mucho más trillado que yo el tema. Pero no me imagino a miles de alumnos haciendo experimentos, por ej., simultáneamente.
    Una pregunta… ¿qué nota obtienen en los exámenes propiamente dichos, antes de hacer medias? Quizá no estemos siendo honestos en los IES.
    Yo estoy con que hay que hacer un plan de estudios integral nuevo, coordinado y coherente, a todos los niveles. Por pedir que no quede, o al dicho «el que no llora no mama». El problema no es sólo la PAU, son los frecuentes cambios y los muchísimos parches y recortes del sistema actual, creo.
    Y termino, no creo en la “panacea” de las competencias sin más, la memoria es necesaria, aunque no de forma exclusiva, para un desarrollo integral y completo (y para no olvidar a la madre que nos parió, XD).
    Muchas gracias por hacernos reflexionar, seguro que seguiré dándole vueltas a este batiburrilo que te dejo.

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  32. Guau! Antes de nada, muchas felicidades Aida por tu post, por tu blog, por tu actitud y por tu mente.
    Para los demás, esas mentes, también inquietas, algunas cansadas de darse contra la pared, y otras con fuerza para arrastrar masas, me llamo Nelia. No soy profe. Soy licenciada en Comunicación Audiovisual. Y creo en la comunicación como principal herramienta de supervivencia, en el sentido salvaje (para no morir) y en el civilizado (para desenvolverse en nuestra sociedad)de la palabra.

    Un montón de ideas en el post. Me gustaría opinar sobre algunas. Está claro que nuestra vida es una sucesión de elecciones, que son por otra parte excesivamente numerosas. Y cada una de ellas convierte nuestro futuro en algo completamente diferente. Estoy hablando desde ir a piano después de clase hasta elegir ciencias, o a unos amigos, la universidad, etcétera. Ese camino es una escalera muy larga que, creo, es muy difícil de encajar en un sistema que debe encontrar similitudes en los niños para poder escalonar sus objetivos y donde entran por supuesto miles de factores externos (padres, recursos, motivación…).

    Estoy completamente de acuerdo en que esos objetivos están anticuados por diversas razones.
    Para empezar, porque la sociedad ha cambiado y desde hace mucho tiempo ha dejado de valorarse la capacidad de almacenar información, para otorgar importancia a la capacidad por ENCONTRAR, ANALIZAR Y RELACIONAR CONCEPTOS.

    La Uni-Versitas era un espacio para investigar, buscar, avanzar, pensar, relacionar y relacionarse (porque compartir es clave para descubir visiones nuevas). LA UNIVERSIDAD NUNCA HA SIDO UN LUGAR DONDE OBTENER UN EMPLEO. A mí esta percepción me duele en el alma.

    Hablo de la uni, porque el final que espera a los niños tampoco es que sea muy esperanzador. Nunca llegan a aprender, si no tienen la suerte de tener unos padres que les enseñen a pensar, o unos profes como vosotros que les enciendan la bombillita.

    En la etapa de crecimiento creo que ha dejado de importar saber la lista de los reyes Godos. Creo que los niños están expuestos en sus vidas a mucho estrés y a mucha, ya no información, sino sobre-información, des-información, y se han acostumbrado a vivir en esta vorágine, pero ESTO NO SIGNIFICA QUE DIGIERAN SUS VIDAS. Ya no vivimos en la era de la información. No sé en qué era estamos pero no estamos nada informados. La información está manipulada por las empresas patrocinadoras que controlan a su vez los medios de comunicación que consienten que niños que no han aprendido a defenderse todavía se vuelvan ADICTOS AL CONSUMO y a la xenofobia capitalista.

    Llevo años hablando de que debería haber una ASIGNATURA DE COMUNICACIÓN, donde se hable de cómo se mueven los medios masivos, el poder, porqué se dan así las noticias, cómo leer entre líneas, qué entender de las series y las películas porque siempre hay mensajes detrás, y podría seguir hasta que me salga una úlcera. El desconocimiento, como siempre, vuelve poderoso al otro. Y los niños están rodeados de él contínuamente.

    Completamente de acuerdo en que los niños deben aprender a relacionar los conceptos que aprenden en el cole con su vida cotidiana, y estos conceptos deben facilitarles la vida y convertirles en personas independiendes, con pensamiento crítico y propio. Para obtener ese pensamiento es imprescindible la cuestión, la duda y la multitud de visiones. Porque cada vez nos estamos acercando más a la filosofía oriental y no hay verdades ni mentiras; y los puntos de vista son algo muy relajante, que refrescan el mundo de cada uno.

    Y creo que alguien diría algo parecido a lo que yo estoy diciendo ahora hace unos años y entonces quitaron las asignaturas de teorías, filosofías, etc. Y en eso no consiste. Se trata de resolver los problemas en la práctica y ayudar a ver una visión global de la situación para hacer sentir al niño más seguro. Después, con seguridad, el resto de conocimientos se asientan mejor.

    No quiero meterme en la metódica, las pruebas y el Estado, porque no es mi campo y creo que cada uno debe hablar de lo que conoce, y porque ahí debe haber mucho que remover: vivimos en una sociedad donde ¿se prioriza la cultura? ya no el arte, si no la inteligencia, la destreza, la capacidad de avanzar entre la multitud. ¿O vivimos moviéndonos entre las mentiras, las estafas, las segundas intenciones y los engaños a grandes escalas?

    Jo, mucho ánimo, de verdad. Os buscaré cuando tenga hijos, porque no quiero dejarlos en manos del primer debravado que se ha sacado unas oposiciones y comete faltas de ortografía.

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  33. Aida, poco más puedo yo añadir a un post sublime, y con todos los comentarios que has recibido creo que menos aún.

    De todos modos quisiera hacer hincapié sobretodo en uno de los puntos que has tratado en él. Diste en el clavo cuando dices que debemos potencias el aprendizaje crítico, y que el aprendizaje por proyectos es un camino a seguir.

    De hecho en infantil se trabaja por proyectos, me cuestiono por qué no es válido ese mismo criterio para primaria, secundaria, ESO, etc?. La respuesta es clara, no sólo se baja de nivel para preparar a los alumnos hacia una excelencia en la pruebas PAU, ya desde pequeños los empezamos a dirigir hacia esas pruebas, olvidando que los niños no tienen la formación completada en sentido crítico.

    Es decir, ¿se han asimilado los procesos que hacen que el pensamiento sea crítico a los 6 años? ¿es que un niño no necesita cuestionar nada a partir de esa edad y creerse absolutamente todo y porque sí? ¿no son necesarios esos procesos del pensamiento crítico para entender las matemáticas, por ejemplo? ¿acaso los muchos de los descubrimientos no se han hecho desde un pensamiento crítico y cuestionando teorías anteriores?

    Me parece que en lugar de formar personas, capaces de vivir en una sociedad pensante y crítica, donde el diálogo, el pensamiento, el razonamiento son necesarios para poder ser más sociables, estamos formando robots, listos y a punto para pasar ese tipo de pruebas, llámalos pruebas PAU, exámenes, etc.

    No veo dónde está el límite, ni en qué se ha basado la sociedad para determinar que los niños a los seis años ya no deben razonar, ni cuestionar. Por Dios!!! esta sociedad les va a pedir mucho más que tan sólo unos exámenes, cuando vivan el día a día, las pruebas no se limitarán a eso. La vida les pondrá a prueba en muchos sentidos y si desde pequeños no les ayudamos a pensar, no sabrán enfrentarse a problemas serios cuando sean adultos.

    Un beso, un abrazo y mi más sincera enhorabuena, has puesto el dedo en la llaga 🙂

    @Anna_Sorolla

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  34. No lo entiendes, Aída:

    Desde la Universidad nos pieden que dotemos a los estudiantes de una serie de herramientas necesarias para poder seguir estudios universitarios, no que les enseñemos a utilizarlas (ya lo harán ellos, o no…)
    Poco a poco, durante todo el tiempo que están en el instituto, les vamos proporcionando esas herramientas que los alumnos acumulan, con mucho celo, aunque no sepan para qué sirven; y el día de las PAU las tienen que presentar para que les dejen matricularse en la Universidad. Las PAU son solo la comprobación de que los alumnos aspirantes llevan todas las herramientas necesarias…

    Es decir: tenemos que “llenar ollas”, no “encender fuegos”.
    Si quieres encender fuegos, puedes hacerlo en primaria o en la ESO (y a veces ni ahí te dejan); pero en bachillerato procura llenarles bien la olla de contenidos.
    Es el Sistema…

    Bueno, a lo mejor, los que no lo entienden son ellos (los de la Uni). A lo mejor no se dan cuenta de que las ollas llenas, con el fuego apagado, terminan, en muchos casos, echándose a perder…

    Seguro que con aportaciones como la tuya (por favor que te aprueben las oposiciones ya…) podemos cambiar algo. Gracias por todo lo que nos das…

    Jesus

    (La cita, obligada: «Educar no es llenar ollas, sino encender fuegos.» William Butler Yeats)

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  35. ¿Y ahora qué digo yo? Después de leer todo lo que aparece por encima de este comentario, tengo la impresión de que la contradicción es tan evidente que sólo la torpeza de dinosaurio de una institución que o cambia o morirá la puede explicar. Señores de la universidad, el discurso de las competencias no nace de las nubes, sino del análisis de las necesidades de formación de un ciudadano libre del siglo XXI. No se opone a los contenidos, los pone en práctica. Los contenidos son los alimentos, las competencias son su digestión (cita libre de Dewey).

    Gracias, Aída, por tu entrada. Que crezca y llegue.

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  36. Excelente post Aida y muy acertados todos los comentarios. Poco o nada queda añadir al asunto. Efectivamente, cuando las PAU sean otra cosa, quiero ser optimista y pensar que algún día eso ocurrirá, podremos, todos a una, cambiar el chip, desde Infantil hasta la Universidad. Unas PAU que evalúen competencias no solo nos permitirá a los docentes vivir menos pendientes del curriculum y más en las competencias, en los procesos; sino que además los primeros beneficiados de este cambio serán nuestros alumnos (que en definitiva son los que a todos nos importan), podrán acceder a los estudios universitarios que deseen por el hecho de que se les valorará sus habilidades, destrezas y capacidades en las materias en que quieran realizar sus estudios posteriores, sin que se les acepte o rechace por ser o no capaces de, como digo yo, tragar y vomitar conceptos, accion que no repercute para nada en el aprendizaje de éstos.
    Repito, mi más sincera enhorabuena.

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  37. Siento este impulso que me ha dado… parecerá que no me gusta el post, cuando me ha gustado muchísimo. Parecerá que no estoy de acuerdo con los comentarios, pero lo estoy con la mayor parte… Y sin embargo…

    …voy a hacer el comentario impopular.

    Cuando en la Universidad se dice que los alumnos llegan con un nivel cada vez más bajo quieren decir algo que no sé si ellos mismos entienden. Lo mismo se puede decir de los profesores de secundaria, o de bachiller, que hacen estas mismas afirmaciones.

    Esto es un sistema complejo, y no sé si voy a dejarme algo en mi análisis.

    1. Como sociedad, podemos sentirnos orgullosos de algunas cosas, como la escolarización de (casi) toda la población hasta los 16 años, el elevadísimo número de jóvenes que acceden a la Uniiversidad, adquiriendo a un nivel de formación muy alto (lo digo con las palabras del sistema), el número de doctores,…

    2. La Universidad se resiste a cambiar sus métodos (pese a Bolonia) y sobre todo su objetivos, que nunca ha sido la entrega de profesionales al sistema productivo (aunque se intenta desde otras esferas) sino perpetuar la estirpe que transmite y genera el conocimiento científico. El saber humano es actualmente de unas dimensiones impensables, visto desde la auténtica y primigenia Universidad de Bolonia, y es muy importante que el alumnado que entra en la Universidad lleve avanzado el mayor trecho posible (sigo hablando con el lenguaje del sistema, pero sin ironía)

    3. Estos dos hechos representan una realidad estadística incontrovertible (o eso creo yo, haciendo los números sin números). Por una parte, una mayor población «atendida» implica una mayor dispersión en cuanto a actitudes, estilos de aprendizaje, intereses, y sobre todo si tenemos en cuenta que lo que hace la universalización de la educación no es incluir a los más favorecidos cultural y socioeconómicamente hablando, sino justamente «diluirlos». Y por otra parte, la cantidad y variedad de conocimientos y herramientas a «dispensar» se ha hecho mayor, más compleja… más inaprehensible.

    Lo he defendido en muchos foros: el sistema debe hacer frente a todos los aspectos que tiene esta cuestión. Debe asegurar una educación para la vida a toda la población, garantizando que todas y todos podamos acceder o desempeñar un puesto de trabajo que nos permita nuestro pleno desarrollo como personas, proporcionando una visión de lo que esto significa más amplia y rica de la que podemos construir mirando solo en nuestro entorno más próximo (esto es MUY importante). Y debe asegurar también que algunas de las personas elegirán y serán capaces de construir más conocimiento y transmitirlo.

    Y ahora, para explicar lo que creo que ha pasado al cambiar la educación secundaria, en cuanto que se ha convertido en parte de la educación básica, y la educación superior, que nació en el siglo XII y engloba, digamos, 1.000.000 de veces el conocimiento que existía entonces (por decir algo) es lo que ocurre cuando estiras de dos extremos de un chicle masticado: la zona intermedia (el BACHILLERATO) va perdiendo grosor, consistencia, aparecen agujeros, luego hilos finitos que se rompen… hasta que se separan definitivamente.

    El problema, como creo que alguien ha apuntado ya más arriba, no es la PAU (la PAU no es más que un síntoma), es la falta de reflexión, la falta criterio uniforme para todo el sistema educativo. ¿Alguien, en la esfera de las decisiones, se pregunta que tipo de ciudadanos quiere que salgan del sistema educativo por cada puerta, en lugar de pensar en una única puerta y que el resto – el que toque en esa vuelta – sean subproductos no buscados?

    Es injusto que la ESO se resienta de que en la Universidad no les basta lo que se aprende, e injusto que el bachillerato haya que apretar con un montón de conocimientos inútiles por descontextualizados y especializados.

    A mí la reflexión me lleva a proponer un bachillerato de 3 años, más flexible en configuración, que permita trabajar sobre el juicio crítico, la construcción del conocimiento, la experimentación, la comunicación,(no lo voy a llamar competencias, porque no hace falta), y que prepare para ingresar en una universidad con ciertas garantías de éxito, a través de unas pruebas de madurez y cultura general reales, que demuestren precisamente la capacidad de enjuiciar, valorar, comunicar, e incluso, de resolver problemas.

    Mucha gente me ha dicho que alargar un año el bachillerato es penalizar a los «buenos» estudiantes. Y no, yo creo que, solo en un caso, ralentizar la exigencia en el ritmo de aprendizaje es penalizar: cuando se obligue a alguien a que rebaje el ritmo de adquisición de habilidades, conocimientos, destrezas… que le pide el cuerpo. Y este problema no es únicamente del bachillerato, sino de todo el (aburrido, sedentario, encasillador, anticreativo) modelo de enseñanza que está asentado en nuestros centros educativos.

    Por supuesto, no serviría de nada un decreto que alargara la duración del bachillerato a 3 años,y no acotara los despropósitos e incumplimientos de ley que se están tolerando en la ESO, y que poco a poco, van permeando hacia Primaria a través de las pruebas diversas que, disfrazadas de lagarteranas, empujan a reconducir los objetivos de los ciclos…

    Y hasta aquí puedo escribir…

    Un abrazo muy fuerte Aida, porque me pones las pilas del cerebro 😀

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    • ¿Otro año más en Bachillerato? Me pido la eutanasia o me voy a la T4 a gritar que soy controladora aérea, para que sea más rápido.
      ¿Crees que un año más convertirá a los dinosaurios en docentes con criterio?
      No, por favor, si ponen un año más que le pille a ésta que lo propone, yo ya voy bien servida (como madre, se entiende)

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  38. Habéis dicho muchas cosas importantes: queda claro que las PAU no son lo único que necesitamos mejorar, y seguro que hay sistemas alternativos al nuestro más coherentes. Pero supongo que mejorar las PAU es más factible que cambiar de sistema.

    El comentario de María a cerca de añadir un año al bachillerato me parece muy interesante, porque además es compartido por mucha gente, incluidos políticos que quieren cambiar el sistema. Yo no comparto esta opinión. Y es porque en realidad este tema está muy relacionado con lo que ocurre en el último ciclo de secundaria.

    Los dos últimos años de secundaria son los que no funcionan. No funcionan porque los profesores no preparan a sus alumnos para la vida, los preparan para el bachillerato. Si en esta etapa de secundaria se trabajara por proyectos, estaríamos preparándolos para la vida. Pero no es así. Precisamente por eso nos estamos quedando sin alumnos en ciencias: en tercero tienen una asignatura obligatoria de física y química en la que se les llena la olla de contenidos sin haberles encendido el fuego, como decía @jffeijoo, y en cuarto pretendemos que elijan voluntariamente dos platos más del mismo menú. No sé si es que estamos ciegos o es que no tenemos sangre en el cuerpo.

    ¿Tiene sentido, después del calvario de secundaria, hacerles pasar por un año más de bachillerato? Lo único que conseguiríamos es darles la oportunidad a quienes no tienen ninguna intención de cambiar su metodología didáctica, para que pudieran llenarles aún más la olla a sus alumnos, como dice Lola.

    Con unas PAU que evaluaran competencias, tendríamos a todos los profesores que quieren que sus alumnos «triunfen» en las PAU enseñando competencias en el segundo ciclo de secundaria, actualizando su metodología didáctica, aprendiendo a enseñar para la vida. Estos alumnos en bachillerato seguirían aprendiendo competencias para las PAU y profundizarían más en el conocimiento, siendo este uno de los objetivos de la etapa, no el único. Y ahora, ¿en este marco necesitamos más años de bachillerato? No lo creo.

    PD: Como os lo había dicho en twitter, olvidé decíroslo aquí ¡y no quiero hacerlo! Muchísimas gracias por contribuir a este mensaje, por dejar vuestras inquietudes, vuestras emociones, vuestro apoyo, vuestras opiniones sinceras. Con vosotros otra escuela es posible.

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    • Una respuesta «breve», como te prometí. Planteas:
      «¿Tiene sentido, después del calvario de secundaria, hacerles pasar por un año más de bachillerato?» Esa no es la pregunta, creo. La pregunta sería:»¿Puede evitar un calvario en secundaria, y otro en el bachillerato, repartir el trabajo de este último en tres años en lugar de dos?»

      Para empezar, eliminaríamos la excusa de esos profesores que justifican sus actitudes en este hecho de que si no, con el bachillerato no llega para preparar a los alumnos para las PAU.

      Además, podríamos exigir (a los centros, al profesorado) que los alumnos y alumnas tuvieran ese «aprendizaje para la vida», que además, debería poder usarse en el bachillerato (que es parte de la vida).

      Evitaríamos segregaciones como las que, de hecho, ya se producen en Navarra, donde la opción «Tecnológica» de la ESO se aconseja a todos los alumnos que no quieren seguir estudiando, o que harán un ciclo formativo… Se ofertan materias como Informática, Dibujo, Tecnología, Música, en la insultante idea de que no podrían superar otro tipo de materias (insultante para el alumnado, e insultante para el arte, para la tecnología, para la informática, y para mí), y privando al alumnado que sí va a hacer un bachillerato de la oportunidad de aprender cosas útiles, fuera del bachillerato y dentro de él…

      Ya tenemos tema de conversación para el día que quedemos en Valencia, esto no puede quedar así jejeje

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  39. Leo tu post enriquecido con todos los comentarios suscitados. Nada que añadir a lo ya comentado.
    Creo que las PAU sólo satisfacen a los que las diseñan y les satisface porque ….
    Enhorabuena Aida

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  40. Una observación: me temo que nos olvidamos que el bachillerato no sólo conduce a la universidad, sino también a la formación profesional de grado superior, opción escogida por cada vez más alumnos y alumnas.

    Los currículos del bachillerato y la prueba al final del mismo no deberían estar orientados únicamente a una parte del alumnado (el que va a estudiar en la universidad), condicionando la enseñanza de todos ellos y ellas, independientemente de la opción ulterior que vayan a escoger.

    Durante todos los años que llevo impartiendo clase en bahchillerato he visto a muchos alumnos alumnas, con unas capacidades excelentes de análisis, síntesis, aplicación práctica de los conceptos teóricos, iniciativa, razonamiento lógico, etc. han abandonado el bachillerato simplemente por una razón: les falta la capacidad de «chapatoria», y alumnos y alumnas sin ninguna de las capacidades anteriores han tenido éxito gracias a la capacidad de memorizar, tragar apuntes sin entender ni saber aplicar lo que chapan.

    Ese es el sistema que tenemos, que no es bueno ni para el alumnado que va a continuar sus entudios en la universidad, ni para el que va a estudiar un ciclo de grado superior ni para el que va a buscar trabajo.

    Falta coherencia.

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  41. Bueno, para que veas que cumplo mis promesas (aunque tarde).

    Como sabes, yo aún no doy clase en coles, pero me encuentro un problema similar al tuyo: la academia dónde trabajo preparan examenes de CUP.

    Llega un momento que yo no enseño inglés… enseño «tests». De las 3 horas de clase que doy a la semana, ma´s de dos se pasan haciendo ejercicios cuyas correcciones son A-B-C-D. ¿Qué aprenden mis alumnos? A llenar huecos, porque al fin y al cabo, cuando has hecho alrededor de 15 tests, las preguntas son similares.

    E incluso antes de leer tu post yo miraba con tristeza mis clases y pensaba…¡¡joroba esto es como mi segundo de Bachillerato!! Recuerdo que todo lo que haciamos acababa con una frase de todos los profesores… «y esto cae en selectividad». Todo lo que no caía… no se estudiaba. Recuerdo que 2º de bachillerato fue un año aburridisimo… y tienes razón, apenas recuerdo nada de lo que aprendí aquel año.

    La evaluación del tipo «niño toma la cuchara y tragatela» (o sea memorieta y se acabó) es fácil. Evaluar proyectos, evaluar competencias necesita muchas cosas: especialmente tiempo, compromiso y cambio de mentalidad por parte de los profesores.

    Es más, necesita que a esos profesores se les forme de otra manera desde un principio.

    Siempre cuento la misma batallita, pero es que es así. Cuando estaba en la uni, tenía una asignatura que se llamaba «programación y evaluación del inglés». La programación la dimos en dos meses, la evaluación en 7. Y curiosamente, yo creo que debería ser al revés… ¿como pretendemos evaluar bien si no diseñamos un buen viaje?

    En fin… no sé si mi opinión te sirve de mucho, pero a mi la tuya me ha ayudado un montón…Muchas gracias por compartir tus ideas.

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  42. Y ahora, pocos días después, todos -ellos también, seguro- hablando de McKinsey y de PISA. ¿No hay una esquizofrenia evidente? La contradicción es tan palpable que el sistema sangra por los poros…

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  43. Parte de razón hay en lo que se dice. Los contenidos tan extensos son responsables del carácter más memorístico o, si se quiere, más formalista y recitativo de la enseñanza. La razón es que ahorran tiempo. La PAEG es un ejemplo de ello pero no en todas las materias.
    Ahora bien, observo un rechazo del examen y de la memorización que me parece simplista y que cae en lo que trata de combatir. ¿Sobre qué va a reflexionar un alumno si no tiene conocimientos de base de casi nada? Bolonia habla de aprendizaje personal y autónomo con ayuda del profesor pero estamos hablando de la ESO y Bachillerato. ¿Cuántos alumnos aspiran a algo así? Por experiencia compruebo que la mayoría prefiere una enseñanza formal y expositiva frente a la concesión de autonomía en su propio aprendizaje. Ante el riesgo de la debacle, estos experimentos deben ser suministrados pues con cuentagotas

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