La TAC del rompecabezas, vídeos de clase y autoevaluación

Últimamente he tenido el placer de dar clase a unas chicas estupendas, con las que he podido trabajar con la técnica de aprendizaje colaborativo (TAC) del rompecabezas de Jigsaw Classroom (TAC 11 de Elizabeth F. Barkley). Mis alumnas de primero de bachillerato ya habían estudiado el enlace químico en secundaria, por lo que tenían conocimientos previos de la unidad que íbamos a comenzar. De modo que les propuse dar la unidad entre todas.

La verdad es que estoy muy contenta con los resultados. Todas, cada una en la medida de lo posible, han preparado muy bien su parte del tema. Algunas alumnas han preparado una presentación en Power Point. Hao, el único chico del grupo, utilizó una página web en la que había una animación. Y hay quien ha utilizado vídeos de Youtube, o varias de estas herramientas a la vez en sus presentaciones. Pero sobretodo, me han demostrado que han leído el libro de texto y unas fotocopias que les pasé (que me había dado la profesora a quien sustituyo); que han buscado herramientas para mejorar sus exposiciones con las que aprender y enseñar mejor los conceptos que debían explicar; y lo más importante: que conocían los aspectos fundamentales de su parte del tema.

Pienso que el hecho de que ellos se expliquen entre sí, ha producido una mejora en la atención a las explicaciones. Quizá el que las explicaciones no fueran perfectas, como las que podemos escuchar en un documental, ha producido que surjan preguntas interesantes, importantes para el tema, y una gran atención por parte de los alumnos que escuchaban las explicaciones.

Una alumna me dijo que le ha gustado mucho esta forma de trabajo, y que le está empezando a gustar la química. Cuando llegué al centro, en plena evaluación, esta misma alumna me decía que no le gustaba la química, y que le costaba mucho entenderla. Ahora me dice que la entiende mejor. Su respuesta y la de todo el grupo me anima a repetir la experiencia con otros grupos. Soy consciente de que las explicaciones de los alumnos no son perfectas. En realidad, ni siquiera lo son las mías (yo también estoy empezando como profesora, y todavía cometo errores en clase). Pero también me doy cuenta de lo importante que es para ellos romper con la monotonía, escucharse a si mismos, compartir información, y aprender en grupo.

Además de todo esto, les he grabado en vídeo para que puedan volver a ver las presentaciones (y como aliciente: para el recuerdo). Y estos vídeos los he subido a Youtube y los he colgado en nuestro blog de aula.

En estos vídeos aprendemos todos. Ellas se escuchan, ven desde otra perspectiva su exposición. Espero que esto les sirva para mejorar sus exposiciones, para soltarse, perder el miedo; y también para reconocerse, para subir su autoestima, ya que lo hicieron francamente bien.

Por otro lado, yo también salgo en los vídeos. Les intento apuntar, corregir o matizar, sobre la marcha. En los vídeos veo los errores que cometo en clase. Me doy cuenta de que quizá debiera no intervenir tanto: dejarles acabar la explicación antes de intervenir. Además, veo que todavía no me expreso con la propiedad que debería hacerlo. «En directo» me expreso peor que en diferido. Quizá porque hablo demasiado rápido y no me doy suficiente tiempo para pensar antes de hablar, me expreso mejor por escrito que de forma oral. En los vídeos veo que no utilizo las palabras más adecuadas, incluso veo que he podido decir algo que induzca a una confusión. También esto me sirve para retomar el día siguiente algún concepto, y comprobar si ha quedado claro o si hay alguna duda.

Gracias a estos vídeos me he podido hacer una autoevaluación como profesora: de momento «necesito mejorar». De todos modos, si ellas aprenden, me daré por «aprobada». Antes de irme del centro les pasaré una ficha para que me evalúen como profesora y veré más cosas que puedo mejorar, cosas que seguramente ahora mismo ni siquiera conozco.